La Constitución del Año VIII,
redactada por Pierre Daunou y promulgada el 25 de diciembre de 1799, estableció
un régimen autoritario que concentraba el poder en manos de Napoleón Bonaparte,
para supuestamente salvar la república de una posible restauración monárquica.
Contrariamente a las Constituciones anteriores, no incluía ninguna declaración
sobre los derechos fundamentales de los ciudadanos. El poder ejecutivo recaía
en tres cónsules: el primer cónsul, designado por la misma Constitución, era
Napoleón Bonaparte, y los otros dos sólo tenían un poder consultivo. En 1802,
Napoleón impuso la aprobación de un senadoconsulto que lo convirtió en cónsul
vitalicio, con derecho a designar su sucesor.
jueves, 18 de agosto de 2016
El Consulado (1799-1804)
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