En una Asamblea que se quería
plural y cuyo propósito era la redacción de una constitución democrática, los
1200 constituyentes representaban las diversas tendencias políticas del
momento.
La derecha representaba a las
antiguas clases privilegiadas. Sus oradores más brillantes eran el aristócrata
Cazalès, en representación de la nobleza, y el abad Jean-Sifrein Maury, en
representación del alto clero. Se oponían sistemáticamente a todo tipo de
reformas y buscaban más sembrar la discordia que proponer medidas.
En torno al antiguo ministro
Jacques Necker se constituyó un partido moderado, poco numeroso, que abogaba
por el establecimiento de un régimen parecido al británico: Jean Mounier, el
Conde de Lally-Tollendal, el Conde de Clermont-Tonnerre y el Conde de Vyrieu,
formaron un grupo denominado «Demócratas Realistas”. Se les llamó más tarde
"partido monárquico".
El resto (y mayoría) de la Asamblea conformaba
lo que se llamaba el partido de la nación. En él se dibujaban dos grandes
tendencias sin que ninguna tuviera homogeneidad ideológica. Mirabeau, Lafayette
y Bailly representaban la alta burguesía, mientras que el triunvirato compuesto
por Barnave, Duport y Lameth encabezaba los que defendían las clases más
populares; los tres procedían del Club Breton y eran portavoces de las
sociedades populares yde los clubes. Representaban
la franja más izquierdista de la Asamblea, dado que aún no se manifestaban los
grupos radicales que iban a aparecer más adelante.4
En ese primer periodo
constituyente, los líderes indiscutibles de la Asamblea eran Mirabeau y el abad
Sieyès.
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